Hacia uno de estos días que te apatece agarrar las zapatillas, mochila, cámara y a patear por el monte. Era el domingo 18 de noviembre y en esa idea estaba cuando me llamaron por teléfono. ¿Que te parece una caminata y después, con tranquilidad y para reponer fuerzas, un cocido?
La verdad es que soy de voluntad débil y muy sacrificado y me rendí ante ese plan. Lo que no sabíamos era que, cuando al atardecer nos acercamos a la isla de Arosa, nos íbamos a encontrar con esta puesta de sol.
Todo un dia completo.