Vista de Edimburgo desde la terraza del museo
Arthur's Seat
Glenuig Bay
Duncansby Head
Edimburgo
Llegamos el domingo 4 de agosto a Edimburgo y ese mismo día ya nos dimos una vuelta por la Royal Mail. Nada mas llegar a esa calle, me sentí como un niño en una pastelería, había fotos por todas partes, personajes actuando en carda esquina, rincones, situaciones. El lunes montamos la exposición y ese día por la tarde y el martes todo el día, mas pateo por las calles, fotos. fotos fotos.
El miércoles decidimos hacer turismo por tierras escocesas y a primera hora nos dirigimos a Fort William donde comimos, por cierto un salmón ahumado que estaba de muerte. Nuestra intención era acercarnos hasta Mallaig para tomar el ferry que nos llevaría a la isla de Skye, pero al llegar, el ultimo ya había salido. Tocaba dormir por los alrededores y buscar un B&B (bed and breakfast) pero estaba todo petado.
Y empezó nuestro peregrinaje para buscar un sitio donde reposar los huesos, hasta que por casualidad llegamos a Glenuig Bay. Max, el dueño del B&B nos acomodó en una habitación con otras 5 personas y al irse sus empleados, nos dio de cenar, un pollo al curry con arroz impresionante. El paisaje era, era, era increíble, los verdes, las montañas, la luz. A las 6 am estaba en pie para salir a dar un paseo y hacer fotos pues la luz era increíble. Salimos hacia Mallaig y embarcamos en el ferry a Skye.
La visita a esta isla fué como si estuviésemos corriendo un rally. En el extremo de la isla paramos a tomar un faje en un pequeño bar y una tarta, jodooo, como estaba esa tarta. Vuelta al coche y a seguir la ruta. El tiempo no nos acompaño, estaba muy nublado y la luz no era para tirar cohetes. Nuestra intención era dormir ese día cerca de Ullapool, hacia el norte. Y como no queríamos estar buscando un sito donde dormir, Juan tiro del programa de Rumbo para buscar alojamiento cerca de Ullapool y encontramos un castillo. Solo ocurrió en pequeño problema, los de Rumbo nos mandaron al otro extremo, a Inverness.
Mientras cenábamos en el castillo una espectacular hamburguesa de venado, planificamos la excursión del día siguiente. Fue Juanjo el que decidió que subiésemos al norte, hacia Duncansby Head, mas o menos unos 140 km de carreteras escocesas, sin casi cobertura de teléfono, estrechas, sin arcén donde parar por si era necesario y durante algunos tramos solo cabía un coche, así que si venia uno de frente, cada 200 mts mas menos, había como un apartado a izq o dcha donde parar y esperar a que pasase el otro coche. Pero esos 140 km mereció la pena hacerlos, por que al llegar a Duncansby Head, el espectáculo de los acantilados nos dejo con la boca abierta, también es cierto que era las 13 h y aun no habíamos tomado nuestra pinta de rigor.
Así que después de acribillar a fotos el paisaje, ya era hora de comer. Paramos en Wick para comer y cuando ya nos habían tomado nota de la comida, afortunadamente… NO TENIAN CERVEZAAA, digo bien afortunadamente, porque gracias a eso nos fuimos de ese bar hereje y paramos en The Bay Owl, un Inn Restaurant que tiene unas vistas impresionantes y una carneeeee y una mostaza escocesa… Wooohhhhh ESPECTACULAAAAAR
Después de hacer multitud de fotos y alimentar adecuadamente el cuerpo, tocaba bajar hasta Edimburgo a dar otra vuelta por la Royal Mail, esta vez con unos guías de lujo, Juan Suarez y su familia.
Teníamos unas 4 horas por delante, pero…….. para para, por diooooos Juan, para aquí, mira que foto.