Pero con mayúsculas.
La última semana de enero tuve una reunión de trabajo en Segovia. Cada vez que vamos, una tarde o mañana, la empresa nos tiene preparada una visita de interés, por esto de distender la jornada.
Este año nos dijeron que íbamos a visitar la Real Fabrica de Vidrio e San Ildefonso….. yupi, menudo tostón, “pensé yo”. Pero conforme nos guiaban por las instalaciones, mas interesante me parecía. Entonces, la guía dijo “y ahora vamos a ver los hornos, donde podremos observar como trabajan el vidrio”
…… increible, eso es todo lo que puedo decir, bueno y alucinante. El trabajo que hace esta gente soplando vidrio es una todo un arte, como lo calientan, soplan mientras le dan vueltas, consiguiendo así unas formas y unas piezas únicas. No pare de hacer fotos, pero éramos muchos y me costó hacerlas.
Por mi cabeza se paso el saltar la valla como un espontáneo en un ruedo y lograr de esa manera poder acercarme y sacar las fotos que estaba viendo. Cuando salimos, estaban fuera, me acerque y se lo comente…. “pues si hubieses hablado con el maestro, a lo mejor te hubiese dejado”.
Ya veis y todo por no preguntar. No sé si volveré por allí, pero si es así, la próxima vez pregunto. Me encantaría poder dedicar mas tiempo, tomarlo con calma y hacerlo como me hubiese gustado. Porque, aunque según nos dijeron, estaban aprendiendo el oficio, para mi yo se lo que son
Unos artesanos
